En otras entradas del blog de Paga Menos Luz te hemos hablado de cómo ahorrar en calefacción en casa, o sobre qué debes mirar a la hora de elegir una nueva nevera. En esta ocasión vamos a hablarte sobre el alma de la cocina. Sobre “el fuego” en el que prepararás tu alimentación. De gas, vitrocerámica eléctrica o placa de inducción, ¿tú cuál elegirías? Nosotros, en Paga Menos Luz, lo tenemos claro: inducción.

Según un estudio comparativo de la Organización de Consumidores y Usuarios, calentar 4 litros de agua al día durante un año supone 36 euros con una vitrocerámica eléctrica, 28 con una de inducción y 26 con una cocina tradicional de gas. Con el gas es más barato, sí, pero es más difícil limpiarlas y el gas siempre conlleva algunos riesgos.

¿Compensa la cocina de inducción?

Otro asunto a tener en cuenta a la hora de elegir tu cocina es el menaje del que dispones. Debes saber que, para cocinar con una placa de inducción eléctrica precisas un menaje especial, de acero, que permita que se pueda adherir un imán. No podrás cocinar en una cazuela de barro, pero te sorprenderás por lo rápido que hierve lo que pongas a la lumbre.

La razón reside en que la placa de inducción eléctrica funciona con un mecanismo de campos magnéticos. Así calienta el recipiente, no el cristal. Esto, además de rápido, es cómodo. Porque el calor de la placa, una vez acabado el cocinado, puede limpiarse casi instantáneamente y no quema.

Pero, ¿sigue compensando la vitrocerámica de inducción si el gas es más barato? Pues sí, si volvemos al ejemplo de los 4 litros de agua al día durante un año, y si suponemos que la placa de la cocina dura 15 años, el ahorro será de 120 euros. Esto, junto al esfuerzo de limpiar, hace que compense la inducción aunque su precio sea más alto.