Cuando compras electrodomésticos sueles ver etiquetas que clasifican el aparato según su eficiencia. Pronto verás que estas etiquetas han cambiado. Paga Menos Luz suele asesorar a sus clientes para reducir en lo posible los consumos, con el uso de aparatos eficientes, y para optimizar su contrato eléctrico para adaptarlo a los nuevos consumos. Y para que no te confundas cuando vayas a comprar, quiere usar esta entrada de su blog para informarte sobre el nuevo etiquetado energético.

El nuevo etiquetado energético para los aparatos que consumen energía entró en vigor el 1 de agosto. El cambio reside en que no encontrarás los signos +, ++ o +++ en la categoría más eficiente, la A. Es decir, el mayor o menos grado de eficiencia lo indican solo las letras, de la A a la G. La A sigue siendo la más recomendable, y la G, la menos, sin grados.

Los cambios en el etiquetado energético se aplicarán poco a poco

Puede que aún no notes los cambios, porque se aplicarán progresivamente. De hecho, no será hasta agosto de 2030 cuando todos los productos deban estar etiquetados con la nueva escala de la A a la G.

Según explica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), el sistema de etiquetado energético nació en 1992 propiciado por una Directiva Europea (Dva 92/75/CEE). Desde entonces, han ido apareciendo documentos legales que obligan al etiquetado de diferentes productos que utilizan energía para funcionar de uso más común y generalizado en el mercado europeo.

Debido al continuo progreso tecnológico, la normativa para el etiquetado energético ha estado siempre en cambio constante. Frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, hornos, campanas extractoras, lámparas, aparatos de aire acondicionado, televisores, aparatos de calefacción, aspiradoras, calentadores de agua, estufas, calderas… cada producto tiene reglamento específico para la aplicación de esta norma, que puede consultarse en la web del IDAE.